Cherry, C J Cyteen 2, El Renacer

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hab�a que hacer cuando un supervisor recib�a a sus azi.
El t�o Denys se lo hab�a dicho.
No hab�a respondido Florian, muy r�pido, con mucha seguridad . No queremos.
�Y si usted nos necesita y estamos en el hospital? No. No.
Luego Ari les dijo:
Quiero que os qued�is aqu� esta noche:
S�, sera dijo Florian y a�adió : Vamos a buscar nuestras cosas como si los dos
estuvieran contentos ahora.
Ari se sintió mejor porque estar�an con ella y no habr�a nadie m�s. Resultaba dif�cil
estar con mucha gente, era como ir desnuda, como si estuviera hecha de cristal y la gente
supiera todo lo que le pasaba por dentro, eso que ella no quer�a que supieran. Pero no se
sent�a as� con Florian y Catlin. Ellos eran sus aut�nticos amigos y pod�an dormir en la
misma habitación y sentarse los tres en pijama, aunque Florian fuera un chico.
Y con la puerta cerrada y ellos acompa��ndola, ella pod�a dejar de sentir aquella
sensación retorcida y ahogada que le hac�a doler el brazo y la hac�a sentir descompuesta
y cansada, muy cansada del dolor.
Dijeron muchas cosas agradables de mam� explicó ella cuando Florian y Catlin
trajeron sus jergones y los colocaron en el rincón. Luego se pusieron los pijamas y se
sentaron en el borde de la cama de Ari.
Muchos miembros del personal hab�an sido amigos de mam�. Muchos de ellos estaban
tristes y la echaban mucho de menos. La t�a Victoria estaba triste y probablemente se
asustó cuando se le acercó Seguridad para decirle que dejara de llorar y pedirle que se
fuera; entonces la t�a Victoria se hab�a enfadado mucho y se hab�a ido enseguida, sola,
mientras el doctor Ivanov contaba cómo mam� manejaba el Ala Uno.
Hab�a muchas cosas que deseaba decir en voz alta para que Florian y Catlin las
escucharan. Pero se las dir�a, no habr�a problema con eso. Sólo que tardar�a un poco
m�s.
En la ceremonia hab�a mucha gente triste, y era raro que ella no sintiera lo mismo que
con los periodistas. Los periodistas hab�an sentido pena. Reseune tambi�n, pero muchos
de ellos estaban tan enfadados como ella, probablemente porque pensaban que no era
justo que la gente tuviera que morirse, pero hab�a visto distintos matices de furia, muchos
matices de pena, no era como con los periodistas, aqu� los sentimientos eran muy fuertes,
muy complicados, al menos por lo que ella ve�a en las caras.
Justin y Grant hab�an estado all�. Grant era el �nico azi.
Mucha gente hab�a dicho que mam� hab�a sido maestra de los dos y que la hab�an
querido mucho.
El doctor Schwartz hab�a dicho que mam� y �l sol�an discutir mucho en voz alta y que
todos los o�an por los pasillos, pero que eso era porque ella nunca quer�a aceptar algo
que no fuera de la mayor calidad, y dijo que todo lo que hubiera hecho en L�NEAS
ESPACIALES RESEUNE marchar�a bien, porque as� era como mam� trabajaba.
Eso hizo que Ari recordara la voz de mam� como un eco en el dormitorio, a trav�s de
las paredes: Mierda, Ollie... Y se sintió tibia de pronto, como si mam� le estuviera
gritando: Ponte recta, mierda, Ari, no digas estupideces. Conmigo no lograr�s nada si
sigues as�.
Como si mam� hubiera vuelto durante un instante. Como si estuviera all�, con ellos, en
aquel mismo momento. O en cualquier momento en que ella quisiera recordarla. Ya no
estaba en Fargone. Ollie s�. Y muchos de los Desaparecidos tambi�n, tal vez.
En el avión, al volver, hab�a calculado qu� miembros de la Casa pod�an saber algunas
cosas.
Y a qui�n pod�a presionar para que se las contara.
IX
Est�s loco dijo Yanni. Justin lo miró a los ojos y replicó:
Eso no es un gran descubrimiento. Est� todo en el informe. Probablemente usted
cree que tengo motivos ocultos, y eso no es verdad. No tengo nada contra John Edwards.
Nada contra nadie. Ni siquiera s� si tengo razón. Es que... Se encogió de hombros. Era
f�cil pasarse de la raya con Yanni y probablemente ya lo hab�a hecho, y mucho. Tiempo
para batirse en retirada, pensó. Y r�pido . Voy a ponerme de nuevo en lo m�o. Tendr� el
proyecto GY ma�ana por la ma�ana.
Alto ah�.
Justin se dejó caer de nuevo en la silla bajo el ce�o de Yanni.
Crees que la ni�a necesita m�s tensión dijo Yanni.
No quiero decir eso. Usted sabe que no quiero decir eso.
Hijo, Administración est� un poco alborotada. Y yo tambi�n. Aprecio que no odies a
la ni�a y me doy cuenta de que crees sinceramente que has descubierto algo, pero
estamos todos muy cansados, estamos un poco fuera de nosotros mismos y de verdad
espero que no hayas ido a ninguna otra parte con esto.
No. Claro que no.
�Sabes qu� opino de lo que est�s haciendo? No era una pregunta retórica. Yanni
guardó un silencio mortal para esperar la respuesta.
�Qu�, ser?
Parece otra vez tu maldita locura, el mismo pozo al que vuelves como una piedra que
cae, �sa es mi opinión. Motivaciones y estructuras de recompensa.
Creo en lo que digo.
Y lo pones por escrito. Yanni levantó el informe de tres p�ginas y lo introdujo en
una obertura de madera en el escritorio. Hubo un fogonazo rojo y un murmullo suave, lo
cual significaba que la ceniza hab�a sido eliminada . Tómalo como un favor, hijo. Se
supone que no puedo eliminar ning�n documento relacionado con el proyecto. Acabo de [ Pobierz całość w formacie PDF ]

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