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había que hacer cuando un supervisor recibía a sus azi.
El tío Denys se lo había dicho.
 No  había respondido Florian, muy rápido, con mucha seguridad . No queremos.
¿Y si usted nos necesita y estamos en el hospital? No. No.
Luego Ari les dijo:
 Quiero que os quedéis aquí esta noche:
 Sí, sera  dijo Florian y añadió : Vamos a buscar nuestras cosas  como si los dos
estuvieran contentos ahora.
Ari se sintió mejor porque estarían con ella y no habría nadie más. Resultaba difícil
estar con mucha gente, era como ir desnuda, como si estuviera hecha de cristal y la gente
supiera todo lo que le pasaba por dentro, eso que ella no quería que supieran. Pero no se
sentía así con Florian y Catlin. Ellos eran sus auténticos amigos y podían dormir en la
misma habitación y sentarse los tres en pijama, aunque Florian fuera un chico.
Y con la puerta cerrada y ellos acompañándola, ella podía dejar de sentir aquella
sensación retorcida y ahogada que le hacía doler el brazo y la hacía sentir descompuesta
y cansada, muy cansada del dolor.
 Dijeron muchas cosas agradables de mamá  explicó ella cuando Florian y Catlin
trajeron sus jergones y los colocaron en el rincón. Luego se pusieron los pijamas y se
sentaron en el borde de la cama de Ari.
Muchos miembros del personal habían sido amigos de mamá. Muchos de ellos estaban
tristes y la echaban mucho de menos. La tía Victoria estaba triste y probablemente se
asustó cuando se le acercó Seguridad para decirle que dejara de llorar y pedirle que se
fuera; entonces la tía Victoria se había enfadado mucho y se había ido enseguida, sola,
mientras el doctor Ivanov contaba cómo mamá manejaba el Ala Uno.
Había muchas cosas que deseaba decir en voz alta para que Florian y Catlin las
escucharan. Pero se las diría, no habría problema con eso. Sólo que tardaría un poco
más.
En la ceremonia había mucha gente triste, y era raro que ella no sintiera lo mismo que
con los periodistas. Los periodistas habían sentido pena. Reseune también, pero muchos
de ellos estaban tan enfadados como ella, probablemente porque pensaban que no era
justo que la gente tuviera que morirse, pero había visto distintos matices de furia, muchos
matices de pena, no era como con los periodistas, aquí los sentimientos eran muy fuertes,
muy complicados, al menos por lo que ella veía en las caras.
Justin y Grant habían estado allí. Grant era el único azi.
Mucha gente había dicho que mamá había sido maestra de los dos y que la habían
querido mucho.
El doctor Schwartz había dicho que mamá y él solían discutir mucho en voz alta y que
todos los oían por los pasillos, pero que eso era porque ella nunca quería aceptar algo
que no fuera de la mayor calidad, y dijo que todo lo que hubiera hecho en LÍNEAS
ESPACIALES RESEUNE marcharía bien, porque así era como mamá trabajaba.
Eso hizo que Ari recordara la voz de mamá como un eco en el dormitorio, a través de
las paredes: Mierda, Ollie... Y se sintió tibia de pronto, como si mamá le estuviera
gritando: Ponte recta, mierda, Ari, no digas estupideces. Conmigo no lograrás nada si
sigues así.
Como si mamá hubiera vuelto durante un instante. Como si estuviera allí, con ellos, en
aquel mismo momento. O en cualquier momento en que ella quisiera recordarla. Ya no
estaba en Fargone. Ollie sí. Y muchos de los Desaparecidos también, tal vez.
En el avión, al volver, había calculado qué miembros de la Casa podían saber algunas
cosas.
Y a quién podía presionar para que se las contara.
IX
 Estás loco  dijo Yanni. Justin lo miró a los ojos y replicó:
 Eso no es un gran descubrimiento. Está todo en el informe. Probablemente usted
cree que tengo motivos ocultos, y eso no es verdad. No tengo nada contra John Edwards.
Nada contra nadie. Ni siquiera sé si tengo razón. Es que...  Se encogió de hombros. Era
fácil pasarse de la raya con Yanni y probablemente ya lo había hecho, y mucho. Tiempo
para batirse en retirada, pensó. Y rápido . Voy a ponerme de nuevo en lo mío. Tendré el
proyecto GY mañana por la mañana.
 Alto ahí.
Justin se dejó caer de nuevo en la silla bajo el ceño de Yanni.
 Crees que la niña necesita más tensión  dijo Yanni.
 No quiero decir eso. Usted sabe que no quiero decir eso.
 Hijo, Administración está un poco alborotada. Y yo también. Aprecio que no odies a
la niña y me doy cuenta de que crees sinceramente que has descubierto algo, pero
estamos todos muy cansados, estamos un poco fuera de nosotros mismos y de verdad
espero que no hayas ido a ninguna otra parte con esto.
 No. Claro que no.
 ¿Sabes qué opino de lo que estás haciendo? No era una pregunta retórica. Yanni
guardó un silencio mortal para esperar la respuesta.
 ¿Qué, ser?
 Parece otra vez tu maldita locura, el mismo pozo al que vuelves como una piedra que
cae, ésa es mi opinión. Motivaciones y estructuras de recompensa.
 Creo en lo que digo.
 Y lo pones por escrito.  Yanni levantó el informe de tres páginas y lo introdujo en
una obertura de madera en el escritorio. Hubo un fogonazo rojo y un murmullo suave, lo
cual significaba que la ceniza había sido eliminada . Tómalo como un favor, hijo. Se
supone que no puedo eliminar ningún documento relacionado con el proyecto. Acabo de [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]

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